La envidia, un plato que se sirve frío y sin gusto ninguno.
Estar tan pendientes de lo que logran y tienen los demás de
que sirve? Envenenar el alma y no avanzar en su propia vida.
Tan pendientes de lo hacen los demás, mirándolos por encima en
hombro de arriba abajo intentando buscar algún defecto. Y por desgracia
sino lo encuentran lo inventan, el caso es fomentar la mentira.
De igual manera envidian los amigos, compañeros de trabajo, relaciones, la facilidad
que uno tiene para comunicarse y caer bien.
Sin embargo no piensan en los esfuerzos y retos que esas persona tuvieron
que superar para conseguir lo que tienen.
A los envidiosos les molesta la satisfacción, la felicidad ajena y el progreso de los
demás. Solamente sienten alegría y paz con las miserias de otros y por eso nunca,
pueden ser felices ni sentirse realizados, obteniendo muy pocos avances y logros en
su vida. Pasan el tiempo quejándose de lo que no obtienen, en vez de luchar en conseguirlo
y de que manera. Los envidiosos son personas pobres espiritualmente.
Casi siempre muestran ser amables, predispuestos ayudar o se disfrazan de
buena voluntad, pero la realidad es totalmente lo opuesto, ponen una mascara.
Lo malo es que tarde o temprano se les ve su autentica esencia; mentirosos,
celosos, desconfiados, traicioneros, tramposos, falsos etc.
Por este motivo nunca grites tu felicidad tan alto, porque la envidia tiene el sueño
muy liviano.
Jamás permitas que la ignorancia, el odio, la envidia y la negatividad de ciertas
personas, detengan tus ganas de ser buena persona y luchar por lo que
quieres. La envidia es aquello que se siembra en la mente, por falta de logros personales.
Mi consejo a los envidiosos; céntrate y vive tu propia vida y olvida la vida de los demás.
VIVE Y DEJA VIVIR